jueves, 13 de noviembre de 2014

ANO 1920; DESCRIPCIÓN DA PAISAXE DE CERPONZÓN E PARROQUIAS COLINDANTES

Seguindo coa miña búsqueda da historia da nosa parroquia, Cerponzóns, as veces, descubro pequenos escritos coma en este caso, onde atopamos explédidas descripcións casi poéticas da nosa terra.

Así, veredes, como en este artigo se fala da nosa parroquia e das que nos rodean,facendo deste xeito unha situación xeográfica moi acertada. Según o escrito, tamén reflexa a gran producción de frutais que se daba na nosa terra, así como a cría de ovellas churras. A diferencia da parroquia de Berducido onde destacaba polos seus campos a labradío, a panizo e cebada, e a cría de cabalos cruzados.

  Tamén, chamaranos a atención un apelido moi coñecido para nós, os Osorios Galos, para ir entendendo mellor o que imos leer, teremos que recordar que nun tempo pertencemos ó concello de Alba, así como ó arciprestazgo de Moraña.

Así, sin mais, paso a transcripción do texto de José María Moar, publicado o 20 de Maio de 1920.

" Perfumes campiñescos"

EL PAIS DE CALDAS DE REYES
"El alma de las flores iba por los caminos a unirse a la piadosa voz de los peregrinos".
¡ Fertil, frondoso Moraña, bien venida seas por el sendero de los jacobitas! ¡ Que luzca el verde follaje de nuestros jardines sus galas mejores para recibir cual se debe a la fecundidad, a la hermosura! fingid vosotros, ah árboles, doseles y florecitas y que pase amena siempre y triunfal como arcos condales y guirnaldas de gloria! Que jingle ya el bronce así para acariciarle como enaltecer su productividad, pues hela aquí entrando tan gracioso y cándido como canéfora fiel que trae cestilla feliz de ramilletes de virtudes! eres oh Moraña, la delicia de nuestro suelo. Por tu riqueza de vidas, plantas medicinales y excelentes frutos, preferida fuiste para criar a tu gran Alfonso VII, nacido en Caldas, que por esto se llama de "do Rey", y por corrupción tradújose al castellano, de Reyes, cual siquiera aludiéndose a los que haciendo honor a tu clima saludable era costumbre que se entregaran la infancia de sus hijos para que estos recibieran de tu salvia, la condición de tanto éxito en la vida de una constante fortaleza fisiológica.
¡ Hemos a ti, bella hija de la iglesia compostelana, que hermoso son tus pabellones y que agradables y  edénicas tus estancias!
Desde las cumbres de Cádebo, barridas por los vientos; desde los Arcos de Furcos, cuyas fuentes sólo conocer las águilas, desde los montes del Zoo, helénicas como su nombre y su blancura, bajan rugientes tus eliseos caudales, el Bermaña, que encierra tu Arziprestazgo por el monte, el Lerez, de griega toponimia y nombre que lo ciñe por el sur, el río pequeño que lo abraza por el Couso. El Ameijeiras azul y caudaloso Umia, que cruzan tus riberas amorosas.

En ellas asiéntanse tus municipios de Alba, Caldas, Barro, Berducido, Campos, Cuntis, Moraña, Portas y Pontevedra, noble timbres de tu antiguo condado.
Al pie del matoso Zoo, poblado de --- hállanse tu feligresía de San Martín que de las lajes de sus cantereas toma el nombre a la falda del Xeisteiras, de abrumados picos, de unas ochocientas metros de altor, blanquea la ermita de Santa Lucía de Magán, y ahora los numerosos maizales de San Felix de Estacas, Por el NE de Cosoirado elévase la cordillera de Agueiros de sueltos peñascales de granito porfídeo y feldespato que une el Cádebo con el Acibal. Con ella se acontactan el monte Mayor, de falcocita lleno, y el monte Castelo, lleno de micacita, los cuales con sus castaños y robles, abrigan esta parroquia por el O.
Allá está el Acibal, ungido de reposo, ante sus pies, rodando desde el confín de un insólito mar de colores, van ondas de luz de los robledales de Santa Marina de Fragas, esplendores de Lerez surcando por la barca de San Jorge de Sacos,lumbraradas vivas de los pomares del Rapadiño....

Cerponzones, al sur del coloso, parece un abril, cruzando el Cayeiro y el Castrado, sembrado de frutales, y lo animan numerosas ovejas churras.
Cerca está Berducido y su monte de Traslocastro con sus labradíos a panizo y cebada y con su ganado yeguar cruzado, que trisca en el Outeiro y en el Bordel. Pinos de la falda silícea del Acibal, regados del Couso dan sombra con amplio cortinaje a las parroquias de Santa María y San Andrés de Geve, en la cañada que forma este monte con el. Con la esta feligresía de San Miguel do Campo, cabecera del ayuntamiento con el célebre ferial y ermita a la derecha del Lerez, de los salmones. En ella nació aquel maestro de obra Martín do Campo que en 1727 hizo parte de la casa de Giraldez en nuestra plazuela de Feijoo y trabajó en las de Don Gonzalo Porras, Don Juan de España y Don Juan Francisco del Valle, este es aquel Campo que tanto litigó con la cofradía de Santo Tomé, cuya capilla de la Quintana hizo desacer el arzobispo Don Juan de Sanclemente, cofradía a que pertenecían los que trabajaban en piedra y madera, los cuales tenían obligación de asistir a los incendios, hermandad a la que sucedió nuestra actual de San Jose formada por carpinteros.
Paseos naturales y praderías apacibles ofrecen, en su ancha cañada, la parroquial de Santa María de Alba, y sus ermitas de San Cayetano, junto al puente de su nombre, y de la pastora sita en la dehesa contígua a los famosos bosques de excelentes frutales regados por el río de las Cabras.
En esta parroquia nació en 1702, Don Plácido Osorio Galos emparentado con los Abraldes Mondragones, Andrades y Carreros, "personas de primera calidad del reino de Galicia". Los dos Galos que con dos veneras blasonan la casa de los Abraldes, Marqueses de Monroy, en la Rúa del  Villar, son de esta familia de los Galos.


En un collado lleno de diorito  muestra Bemil su ermita de San Lorenzo y San Antonio, en medio de las abresanas divididas por acirates de carballones...
percíbese el canilleo de los telares de lienzo y de sayal, la joven tejedora escucha, de vez en vez, alguna voz enamorada que en la parroquia canta desde follente:

Aluméame, luniña,
aluméame, candil,
para ir a ver de noite
do outeiro pra follente
metese un río médeo,
dos ollos de unha meniña
hei de faguer un espello...

Concluiré en el próximo número Deo Volente. Mas antes... me encontraré con Moraña,  la casta gentil pastora, en la senda brillante de los peregrinos... cruzarán su mirada con la mía----
Ambas, serán ¡ay! como un saludo y una despedida a la vez,  dejazme que ahora en modo corto y solícito, me incline ante esta doncella divinamente blanca como una theoría original, y le decline esta súplica de vata:
¡ Una sonrisa a nuestro bogar envía deja en el una lágrima preciosa...!
José María Moar


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